La corrección de estilo es un ejercicio crucial dentro de los varios procesos editoriales por los que pasa un libro previamente a su publicación. Sin embargo, esta disciplina es la que más rodeada se encuentra de concepciones falsas. En este artículo, pretendo desmentir todas las opiniones equivocadas respecto a qué es la corrección de estilo de una novela y destapar los falsos mitos de la corrección de estilo de un libro. Hablo de mi tipo de corrección favorita; también la más trabajosa, pero sin duda una esencial para todos los manuscritos que quieran editarse a su cien por cien.
1. La corrección de estilo elimina la voz y el estilo del autor
Siendo sinceros, todos sabemos que esta es la concepción más habitual que tienen los escritores cuando alguien les habla de la temida corrección de estilo. Asumo que asumen que el «de estilo» implica, como su nombre parece indicar, que «cambia» o «corrige» su estilo. Déjame darte una buena noticia: esto no es así para nada. Esta idea es falsa, mentira, una falacia, un mito.
La corrección de estilo alude a este estilo en su forma; no se rige necesariamente por factores fijos, como sí ocurre con la ortotipografía de un texto (tómese esta idea con sus muchos matices), sino que abre un abanico de opciones a valorar conforme a diversos aspectos de presentación, comprensión lectora, intención, etcétera. Un punto y aparte (ortotipografía) obliga a un salto de línea, sí o sí; una persona narcisista puede ser egoísta o presumida (estilo), en función de cómo se quiera entender este exceso de hibris y del contexto que rodee a tal palabra, así como de la caracterización de un personaje, etcétera. Lo que da lugar a una posible sustitución por un sinónimo más riguroso.
Quizás con ejemplos varios se entiende mejor la idea de que el estilo no borra el estilo, sino que lo adecúa. La elección de una palabra o un sinónimo puede dotar de significados distintos a una oración en función de la intención comunicativa exacta del escritor. El cambio estructural de varias oraciones en un párrafo puede modificar ligeramente el significado conforme a un punto de vista u otro. El uso de repeticiones puede ser molesto o bello; estilístico o funcional. El miedo a la repetición de una palabra puede generar ambigüedades para una persona y falta de comprensión para otra. El estilo de la redacción de un texto, por lo tanto, atiende a diversos factores tanto objetivos como subjetivos, todos ellos dignos de consideración.
Pero, y aquí viene el punto clave, aun así, este estilo de redacción de un autor puede ser equívoco en su forma y puede necesitar una corrección de, sí, estilo.
¿Qué es estilo?
De esta manera, una corrección de estilo no está pensada para quitar todas las florituras que le has metido a tu manuscrito porque a un corrector le gustan los textos más planos. A menos que, por motivos concretos, pueda resultar más conveniente hacerlo. Es precisamente ese motivo para lo que sirve la corrección de estilo. Para determinar el porqué de un estilo y si funciona o no. Si es necesario o no. Si se adecúa al mensaje, propósito, voz, etcétera. Si puede mejorarse, quizás con un léxico más específico o con otro más preciso. O si no se transmite lo que realmente se piensa. Si se transmite lo que se quiere pero el mensaje no llega.
El estilo abarca muchísimos ámbitos lingüísticos que la ortotipografía no toca. La corrección ortotipográfica te va a decir que no puedes colocar ahí esa coma, porque así lo dice nuestra norma de la lengua. La corrección estilística va a hacer que te cuestiones si esa coma es necesaria ahí, si no estaría mejor allá si quieres transmitir eso. Y es que igual si quieres transmitir eso no hace falta coma porque puedes buscar otra forma de expresarlo menos enrevesada, más directa, más lírica, más lo que sea dentro de tu estilo; pero más correcta, al fin y al cabo. El estilo, por tanto, va más allá de la superficialidad de la gramática y ortografía; se rige por un conjunto de variantes.
Creo que queda claro que la corrección de estilo me parece imprescindible y que podría hablar de lo mucho que puede mejorar una novela durante días. Este iba a ser un artículo directo y al grano, pero me es imposible ser concisa si hablo de defender la necesidad de contratar una corrección de estilo porque son demasiados los motivos que puedo enumerar. De momento, vamos a seguir con los falsos mitos de una corrección de estilo. Aunque si quieres más información sobre en qué ámbitos trabaja una corrección de estilo puedes leer este artículo.
Un buen corrector…
En definitiva: no, la corrección de estilo no va a cambiar tu estilo. De hecho, una buena corrección de estilo (corrector) busca precisamente preservar y realzar la voz y el estilo del autor, no eliminarlos. Asimismo, una buena corrección de estilo (corrector) trabajará siempre en estrecha colaboración con el autor para comprender su estilo de escritura y ofrecer sugerencias que fortalezcan y resalten su voz en el texto. La corrección de estilo es una herramienta con la que se quiere mejorar la calidad y la coherencia del texto, no imponer un estilo uniforme ni ajeno. Si alguien te dice lo contrario, puedes asumir que es uno de los falsos mitos sobre la corrección de estilo de un libro.

2. No hace falta si se contrata corrección ortotipográfica
Este es otro de los problemas más habituales con los que me he encontrado; y otro de los falsos mitos de la corrección de estilo. Son muchos los autores que piden exclusivamente corrección ortotipográfica pero a los que les hace falta también una corrección de estilo. Las editoriales caen en esta misma trampa. Pero ¿realmente le tienes cariño a tu texto si no estás dispuesto a pagar un pellizquito más por una corrección completa?
Y es que la gente está equivocada al pensar que la corrección real de un texto es la ortotipográfica. Si hay una corrección que necesitas es la de estilo. La corrección de estilo abarca aspectos gramaticales y ortográficos, pero también va más allá. Se centra en la coherencia, la claridad, el léxico, la sintaxis, el estilo y la voz del autor, la efectividad en la comunicación y otros aspectos esenciales de una redacción literaria. La corrección ortotipográfica únicamente toca temas gramaticales y ortográficos; algo que escasas veces resulta suficiente.
Personalmente, nunca he corregido un texto para el que solo se me haya pedido ortotipográfica que no haya necesitado también revisión de estilo. Si a algún otro corrector o correctora le ha pasado lo contrario que se manifieste.
3. Solo los autores inexpertos la necesitan
Esto de diferenciar entre autores experimentados e inexpertos o noveles y best sellers es muy peligroso. Hay autores de renombre cuyas obras no serían nada sin sus editores. Hay autores que publican por primera vez y tienen una prosa limpia y exquisita. Trayectoria no equivale, en muchas ocasiones, a maestría. Un buen escritor no tiene por qué ser buen corrector. Hay muchos factores a tener en cuenta y pocas veces van a alinearse todos de un mismo lado para convertir esta afirmación en cierta.
La corrección de estilo es una práctica estándar en la industria editorial y debería utilizarse tanto para autores que van a publicar su primera novela como para los que tienen una carrera asentada. Tanto las editoriales grandes como pequeñas deberían preocuparse por corregir estilísticamente sus manuscritos. Y lo mismo sucede con cualquier autor que pretenda autopublicar. De verdad que la corrección de estilo puede cambiarte la vida (o suponer el éxito o no de tu novela).
4. La corrección de estilo solo se hace en editoriales
Ojalá está afirmación fuese enteramente cierta. Pero, de nuevo, es otro de los falsos mitos de la corrección de estilo. Si bien es cierto que las editoriales (grandes y medianas, sobre todo) cuentan un equipo de correctores y editores, la cruda realidad es que la corrección de estilo no se lleva a cabo en muchas editoriales. Y tampoco debería ser exclusiva de estas.
Como acabo de comentar, un autor que quiere lanzarse a publicar por cuenta propia va a necesitar una corrección para novela autopublicada sí o sí. Hay muchas opciones accesibles para autores independientes y pequeñas editoriales disponibles a precios razonables que pueden adaptarse a diferentes presupuestos y necesidades, como los que puedes encontrar aquí. Si eres autor autopublicado, te recomendaré siempre que contrates un pack de corrección ortotipográfica y de estilo y te prometeré siempre también que no te arrepentirás nunca.
5. La corrección estilística es muy cara
Ah, sí; una de las afirmaciones que más he escuchado. Otra falacia. Si medimos esta idea y la ponemos en perspectiva no creo que nadie que aprecie su propio trabajo pueda pensar que esta afirmación es verdadera. Ya he mencionado muchas veces que si tienes un mínimo de respeto por tu novela lo mejor que puedes hacer es contratar a un profesional para que la corrija. Asimismo, si les tienes un mínimo de respeto a los que serán los futuros lectores de tu novela también te harás un no flaco favor en contratar una corrección para tu novela. Y cuando digo corrección me refiero a ortotipográfica y estilística.
No, la corrección no es cara. La corrección es tan cara como poco aprecies tu manuscrito. Es un trabajo como otro cualquiera del sector editorial. ¿Inviertes en un portadista para que te ilustre la cubierta? ¿Pagas a una imprenta para que te convierta un manuscrito virtual en uno físico? ¿A los transportistas, a las librerías? ¿Te pagan a ti los lectores por la lectura de esa obra? La corrección es, junto a la cubierta, la cara visible de tu novela. Y no apostar por una corrección denota falta de aprecio por tu trabajo y por la publicación de esta obra literaria. La corrección estilística nunca será cara para una persona que quiere el éxito de su libro y de su carrera o de su empresa.
La corrección es tan cara como poco aprecies tu manuscrito.
En conclusión, son muchos los beneficios y ventajas de contratar una corrección de estilo para tu novela, por lo que no te dejes llevar por los falsos mitos de la corrección de estilo. Te recomiendo encarecidamente que, ahora que ya has visto que la corrección de estilo no despoja a la novela de tu titularidad y que es igual o más importante que una ortotipográfica, te animes a regalársela a tu manuscrito para que quede más limpio, pulido y profesional que nunca. Si estás buscando servicios editoriales, puedes ver mis tarifas 🙂
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