Contratar servicios editoriales profesionales por parte de los escritores se observa, en muchos casos, como un esfuerzo; en ocasiones porque se considera un gasto, en otras porque el ego propio hace asumir que la revisión del mismo autor es suficiente, en otras porque simplemente no se contempla… lo que nos hace obviar el hecho de que la utilidad de un editor/corrector para tu obra siempre más allá del trabajo en el texto.

Sin embargo, esta contratación no busca solo de mejorar la calidad del texto, sino que se puede entender como una inversión que conlleva muchas otras ventajas que pueden marcar la diferencia en tu carrera literaria. De ahí que la utilidad de un buen editor o corrector vaya más allá del trabajo en el texto propiamente dicho.

A continuación, te dejo algunos de los beneficios de contratar servicios editoriales para tu novela, en especial si pretendes autopublicar. Pero también si quieres plantearte enviar tu manuscrito a una editorial. Los procesos de criba cada vez son más estrictos debido a la cantidad de obras que se envían, por lo que destacar con una buena presentación (corrección) y narrativa (edición) te hará un candidato más aventajado.

1. Aprendizaje continuo y formación profesional

Contratar a un buen corrector o editor no solo asegura que tu texto esté limpio y pulido, sino que también se puede considerar una oportunidad de aprendizaje invaluable. Un buen profesional no se limitará a señalarte los errores, sino que te explicará el porqué de las correcciones reiterativas o esenciales y sugerirá alternativas y opciones de mejora con las que entiendas el funcionamiento sintáctico, gramatical, ortográfico o léxico de un texto.

Esto te permitirá identificar patrones de fallos que cometes y evitarlos en el futuro.

Dicha retroalimentación durante el proceso de corrección o edición, si bien ejecutada, puede entenderse como una formación práctica y personalizada en el ámbito de la escritura. Esto la convierte en una herramienta educativa que te ayudará a evolucionar como escritor en tus próximos proyectos y ya para el resto de tu carrera literaria.

2. Mayor confianza en tu trabajo

Una de las grandes barreras para muchos escritores, especialmente los noveles, es la inseguridad respecto a la calidad de su manuscrito. Cuando un profesional revisa tu obra y te da el visto bueno, la tranquilidad y la confianza en ti mismo aumentan considerablemente. Y no solo con esa obra, también con los proyectos que te traigas entre manos y los ya publicados.

Saber que tu libro ha pasado por un filtro profesional te permitirá presentarlo al público o a editoriales con la certeza de que cumple con los estándares de calidad necesarios. Así, evitarás la temida vergüenza que puede surgir al detectar errores después de la publicación.

3. Respaldo profesional para tu carrera

Además de la mejora técnica del manuscrito, contar con el apoyo de un profesional editorial aporta un sello de credibilidad a tu obra. Un buen editor o corrector no solo perfecciona el texto, sino que su figura aporta una validación externa, especialmente si decides autoeditarte.

Cualquier lector que vea que una obra ha sido corregida confiará más ciegamente en el material que va a comprar que si comprueba que esta no ha sido revisada por un profesional. Pues sabrá que su apuesta económica al comprar la obra no será en vano, independientemente de que, al final, le guste o no el libro, pero no podrá tacharlo de poco trabajado.

Esta colaboración puede abrirte puertas en el mundo literario, ya que demuestra tu compromiso con la calidad y seriedad como autor, algo que te puede aventajar respecto a otros autores que hayan invertido menos en sus obras.

4. Mejora de la recepción de tu obra

En relación con el punto anterior, una obra correctamente trabajada tiene más posibilidades de ser bien recibida por los lectores, reseñadores y críticos, así como por los scouts editoriales o agentes literarios.

Los pequeños errores o las inconsistencias narrativas pueden distraer al lector y afectar negativamente su experiencia; y muchos influencers de libros no tendrán reparo en señalarlos en sus reseñas en redes o en las propias webs de compra, como en Amazon. Sin embargo, un manuscrito trabajado profesionalmente ofrece una lectura fluida y agradable, lo que aumenta las posibilidades de que tu obra se vaya a recomendar entre círculos cercanos y obtenga valoraciones y opiniones positivas.

5. Optimización para el mercado editorial

Si tu objetivo es publicar con una editorial tradicional, tener un manuscrito revisado profesionalmente puede marcar la diferencia. Muchas editoriales reciben cientos de manuscritos y uno de los principales criterios de selección es la calidad del texto. Un manuscrito bien editado tiene más posibilidades de captar la atención de un agente editorial, de un lector profesional o de un editor, lo que lo hará avanzar automáticamente en el proceso de selección.

Durante las cribas, como ya he mencionado antes, la cantidad de manuscritos es abrumadora, por lo que en las primeras lecturas uno de los aspectos que más se valora es el gasto de inversión de la editorial al apostar por dicha obra. Si tu manuscrito está plagado de errores, la editorial puede desestimar tu manuscrito por la inversión en corrección; si la trama es incoherente, la editorial puede rechazar tu obra por no ser sólida y necesitar un editing. Una manera de destacar y acceder a una editorial o una agencia para escritores es que la calidad de tus manuscritos sea la mejor posible de entrada.

Aunque, de primeras, puedas pensar que es un desembolso innecesario, puesto que la editorial debería trabajar en estos errores o de ortotipografía o de trama, la realidad es que estos servicios editoriales previos pueden salvarte la vida. De no darle a tu obra ese repaso profesional, es muy posible que tu novela no llegue tan lejos en una editorial. Para pasar la primera fase de criba, el manuscrito debe ser rentable para la editorial.

Por no hablar de la imagen que das como autor. Una editorial va a ser más reacia a comprometerse con un escritor si su texto está sucio y él de ha despreocupado por mejorarlo al atribuirle esta tarea solo a la editorial. Esta dejadez denota menor cuidado e interés y, por lo tanto, resta profesionalidad. Si, por contra, el manuscrito que presentas está impoluto (o todo lo cuidado posible), la imagen para la editorial será de una persona comprometida con su trabajo y que apuesta por su propia obra. Pues si no lo haces tú el primero, no lo harán ni las editoriales ni los lectores.

6. Ahorro de tiempo y energía

Al delegar la corrección y edición de tu manuscrito a un profesional, puedes aprovechar para centrarte en otras tareas importantes, como la promoción de tu libro, el avance en procesos de diseño, cubierta, marketing, impresión y otros aspectos esenciales. Por no hablar del tiempo que vas a ganar para trabajar en otros proyectos. O para, simple y llanamente, descansar.

Al final, el hecho de decidir contratar servicios editoriales no solo optimiza tu tiempo, sino que también reduce el estrés y te permite tener una visión más clara y objetiva de tu proyecto. Incluso si eres una persona con una ortografía y gramática muy potentes, no cometas el error de creer que puedes escribir y corregir con la misma habilidad. Son dos procesos y etapas muy distintos, y dominar uno no necesariamente significa dominarlos ambos.

Contratar servicios editoriales no es un gasto, sino una inversión en tu carrera literaria. Más allá de la mejora evidente en la calidad del texto, esta decisión estratégica te permite formarte, ganar confianza y posicionarte de manera profesional en el mundo de la escritura. Si deseas que tu obra brille con luz propia, no dudes en buscar el apoyo de un editor o corrector profesional. ¡Tu yo escritor del futuro te lo agradecerá!