Ya he dicho en muchas ocasiones que realizar la corrección de tu novela, más si vas a autopublicar un libro, es imprescindible. Sin embargo, algo de lo que no se habla tanto es de cómo llegar a ese punto; cómo encontrar al mejor corrector para ti; cómo dar con el adecuado para tu novela. Más allá de lo que necesite tu libro, es importante que el corrector te encaje a ti como profesional y como persona. A continuación, expongo consejos y claves para elegir corrector profesional.
Te sugiero que, antes de nada y antes que nada, respondas a las siguientes cuestiones: ¿tienes el manuscrito completamente acabado en su versión final?, ¿cuentas con un plazo de semanas o meses para la revisión o tienes libertad?, ¿has determinado ya cuáles son los servicios editoriales que necesitas para tu novela?, ¿tienes claro cuál es tu presupuesto? Estos, entre otros, son asuntos que conviene que definas previamente a la búsqueda de corrector. Si ya has dado con las respuestas, a continuación, te doy unos trucos y recomendaciones para que puedas encontrar a tu corrector profesional ideal:
Perfil del profesional
Lo primero y más importante es estudiar bien al profesional. ¿Dónde lo has encontrado? ¿Qué te parece su página web y cómo se presenta? ¿Qué te transmiten sus servicios editoriales? ¿Tiene buenos estudios, experiencia, reseñas? A la hora de elegir corrector profesional necesitamos que el corrector nos resulte, valga la redundancia, profesional. Pero no solo eso. Bajo mi punto de vista, debemos darle casi el mismo valor a la confianza que esta persona nos transmita, a la comunicación que surja entre ambos y a otros aspectos relacionados con el proceso de corrección. Te indico qué valorar en un corrector profesional a continuación:
Estudios
La realidad es que hoy en día existen muchos profesionales sin formación o con una formación bastante básica. No por haber estudiado para profesor de lengua estás, necesariamente, capacitado para corregir manuscritos. No por ser filólogo conoces las normas de la lengua ni posees las habilidades como para abordar la corrección de trama de una novela. Dicho esto, cualquier profesión de la rama de letras y, más aún, aquellas relacionadas con el arte o la literatura, ciertamente suman puntos. Antaño, los profesionales de la corrección venían de esas carreras; a día de hoy, tenemos la suerte de contar con estudios específicos en el sector editorial, de modo que, según mi opinión, estos siempre resultarán más adecuados.
Por ello, lo primero que te recomendaría es que busques profesionales que cuenten con estudios concretos de corrección o edición, en función de tus necesidades. Va a ser preferible que sean títulos acreditados o cursados con entidades profesionales o de renombre, ya sea en universidades públicas o en escuelas privadas del sector, como la Escuela Cursiva (Penguin Random House) o la Universidad VIU (Planeta LIbros), así como también escuelas especializadas, como Cálamo y Cran.
Experiencia
Aunque la experiencia es una de las áreas más valoradas a la hora de contratar a cualquier profesional, en muchos casos, le damos posiblemente más valor del que merezca, pues experiencia no implica necesariamente calidad. Un profesional que haya corregido cincuenta novelas no tiene por qué ser mejor que otro que solo ha corregido veinte. Que haya trabajado con editoriales importantes y se le pueda atribuir más caché no lo convierte en un profesional más cualificado que otro que haya trabajado con editoriales más pequeñas.
En el punto medio entre una buena trayectoria profesional y unos estudios competentes se halla el corrector ideal.
Aquí es donde entra la consideración que debes tener tú como autor a la hora de elegir corrector profesional: ¿tiene menos experiencia pero te transmite más confianza? ¿Sus trabajos se asemejan más a tu propio manuscrito? ¿Te han llegado buenas opiniones o te parecen más razonables sus tarifas? ¿Quizás sus estudios funcionan mejor con los temas de tu manuscrito? Todo cuenta; la experiencia es solo una de las muchas características a tener en consideración.

Especialización
Como en muchos otros servicios, en el de la corrección también puedes encontrar profesionales especializados en unas áreas u otras. No hablo solo de un profesional que se especialice en la corrección o en la edición, sino en campos concretos, como pueden ser los géneros o las tipologías de texto. Un buen ejemplo de la importancia de la especialización sería el de un autor con el que trabajé. De entre todos los correctores, él me escogió a mí porque estudié Comunicación Audiovisual. Su manuscrito trataba sobre la animación y el cine. Por lo que esta especialización que yo poseo en este área fue decisiva para él.
Por eso, va a ser muy importante que consideres bien la tipología de tu manuscrito. ¿Es un poemario? ¿Una novela juvenil de fantasía? ¿Una antología de cuentos infantiles? ¿Una saga de ciencia ficción adulta? ¿Una guía sobre espiritualidad? Es posible que, si tu manuscrito es de un género o tipo concreto, te convenga contratar a un profesional especializado. Si vas a publicar un libro de poesía, a lo mejor no te conviene acudir a ese corrector de ficción que tanto te han recomendado y vale la pena acudir a uno experto en no ficción que sepa analizar bien a fondo un texto en verso.
Aun así, la valía de un buen corrector, pese a que carezca de especialización, debe ser, de nuevo, su habilidad y capacidad para saber adaptar su corrección a tu manuscrito. Son muchos los profesionales que trabajan con todo tipo de textos, pues un buen corrector o editor debe tener, ante todo, la cualidad de saber investigar lo que un texto necesita.
Relación calidad-precio
Uno de los aspectos esenciales en el que nos fijamos a la hora de comprar un producto o servicio es el que hace referencia a esta relación entre la calidad y el precio. Una forma de determinar si la tarifa de un profesional nos parece adecuada es compararla con la de otros profesionales similares. Entender cuánto vale una corrección estándar puede ayudarnos a saber cuánto deberíamos pagar. Puede ser igual de negativo ver que un corrector pide un presupuesto muy por encima de la media que si su servicio es muy barato.
Es importante desconfiar siempre de profesionales que no usen la tarifa estándar como mínimo, pues esto puede denotar o bien que no tienen suficientes estudios que acrediten el valor de su trabajo o una falta de experiencia. Como puedes imaginarte, contratar un servicio de corrección excesivamente asequible puede resultar en una corrección básica o pobre. Son muchos los autores que, tras haber contratado una corrección barata, han necesitado pagar por una segunda, pues no existía calidad alguna en esta primera.
Condiciones del servicio
Por lo general, en las páginas de los servicios editoriales de los profesionales existirá información adicional relacionada con el servicio que ofrecen. Esto es casi igual de importante que las tarifas, su experiencia o trabajos. Hablo, por ejemplo, de la garantía o términos del servicio. También si existe un plus a pagar por urgencia del encargo o cuántas correcciones cubre el pago del servicio.
Todos estos extras del servicio y las condiciones de contratación pueden ser determinantes, por lo que vale la pena que las tengas en cuenta a la hora de elegir corrector profesional.
Comunicación
Otra buena manera de evaluar a distintos candidatos es mandarles un email de consulta. Ponte en contacto con el o los correctores que te interesen y comunica claramente tus expectativas en cuanto a plazos, estilo de corrección, género de tu manuscrito y cualquier otra especificación que consideres relevante. Valora su tono, su redacción, su amabilidad o educación. ¿Te transmite confianza? Es importante que veas si, con su respuesta, el corrector está dispuesto a y es capaz de cumplir con tus requerimientos.
Proceso de trabajo con el corrector
Aunque, técnicamente, es imposible que conozcas esto previamente a la contratación del servicio, sí puedes tratar de realizar averiguaciones o investigar en la página del profesional. Habrá algunos correctores que especifiquen su forma de trabajo o que indiquen en las condiciones ciertos términos que te resulten útiles. Las valoraciones, opiniones o incluso tu propia curiosidad, si te lanzas a preguntar, pueden resolver estas dudas. Para ello, ten presente también todos estos puntos si quieres elegir el mejor corrector profesional:
Lo primero que aprende un corrector es que su trabajo nunca es imponer, sino sugerir. Todas las correcciones se llevan a cabo mediante un diálogo. Si bien es cierto que existen correcciones que deben cambiarse sí o sí porque se consideran erratas o errores, habrá otras que se trasladen al autor con el ánimo de ayudarlo a mejorar o enriquecer el texto pero cuya decisión de aceptar o no será solo suya.
Lo ideal es trabajar a dos niveles: con sugerencias sobre el texto y con comentarios. De esta forma, existe una comunicación plena y se respeta todo lo posible el texto original. Si un corrector te borra para redactar él, si no sugiere o si te habla con superioridad y despotismo… ahí no es.
Aprender con la corrección
Personalmente, un aspecto que considero esencial. Si nos ha quedado claro que un corrector debe ser respetuoso, podríamos darle un puntito extra si, además, es amable y se molesta en explicar su trabajo sobre el texto. Habrá correctores que simplemente te sugieran; otros que te sugieran esos cambios y te expliquen qué estaba mal.
Algo que a mí me gusta hacer al corregir libros es dejar en comentarios ciertas explicaciones. Por ejemplo, cuando un autor comete el mismo error repetidas veces tiendo a dejarle un comentario en el que le cuento que este es un fallo, por qué y cómo corregirlo. Si hace falta, en muchos casos, me apoyo en explicaciones más elaboradas de la RAE o Fundéu para que el autor acuda a una fuente de consulta fiable.
Considero que, al final, no hay nada más gratificante que aprovechar esta oportunidad de corrección para crecer como escritor. Si tu corrector te hace un cambio y no sabes el porqué, pregunta. Todo lo que puedas descubrir durante este proceso te servirá para tu futuro y para mejorar y enriquecer tu escritura.

Cercanía pero profesionalidad
Un corrector no tiene que ser tu amigo; a menos que surja naturalmente este tipo de relación. Un corrector tampoco es un lector beta; de modo que no está obligado a decirte cuánto le gusta lo que lee ni qué bien escribes, a no ser que le nazca hacerlo. Y un corrector tampoco es un editor, a menos que se haya contratado ese servicio de forma adicional.
Cuando contratas a un corrector por primera vez, lo más importante va a ser que te resulte profesional. Aun así, no está de más que, en el intercambio de emails inicial, también observes que no sea una persona fría, antipática o con cierta actitud de prepotencia. Ten en cuenta que vas a pasar semanas, o meses, en una relación profesional con esta persona, por lo que intuir cierta cercanía en muchos casos hará este proceso más llevadero y te permitirá disfrutarlo.
Opiniones, testimonios o recomendaciones
Si te fías de la opinión de la gente, puedes buscar si el profesional tiene testimonios de otros autores en su página web con los que haya trabajado previamente para ver qué destacan de este profesional o cuáles son sus puntos fuertes en estas reseñas. Las recomendaciones de amigos o conocidos pueden ser un buen punto de partida si no conoces a ningún corrector.
Aun así, nada más importante que formarte tu propia opinión en base a lo que buscas y necesitas.
Intuición
Muy en relación con el punto anterior, a veces (muchas) el corazón tiene razón. Lo que te recomiendan no siempre es lo que necesitas. No te dejes llevar exclusivamente por las buenas críticas, ya que tu propia búsqueda puede ser igual de fructífera. Puede haber grandes correctores pero que simplemente no sean los indicados para tu obra; profesionales muy recomendados pero que no trabajan tu género o no se acoplen a tus necesidades.
Pese a que todo el estudio previo que he mencionado a lo largo del artículo, y pese a que pueda sonar algo tonto, cuando lo encuentres lo sabrás.
En resumen, la relación entre un autor y un corrector es completamente personal. A la hora de elegir corrector profesional tu propia intuición y todo lo que rodee al profesional te ayudarán a decantarte por uno u otro. Si estás buscando un corrector profesional flexible, con una buena relación calidad-precio, que te ofrezca buenas condiciones del servicio y la oportunidad de aprender conforme trabajáis juntos puedes echarles un vistazo a mis tarifas de corrección o escribirme y estaré encantadísima de atenderte.
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